Entre las montañas de los Alpes austríacos se encuentra la pequeña población de Mayrhofen, en el valle de Zillertal. Es una localidad de menos de 4.000 habitantes, pero al mismo tiempo un lugar privilegiado para la práctica de deportes de invierno.
Decidimos aprovechar nuestra cercanía, ya que estábamos en ese momento en Regensburg (Baviera, Alemania), con la idea de disfrutar de unos días esquiando y relajándonos en esta preciosa región.
El viaje lo reservamos a través de una oferta de Privalia Travel, un servicio inexistente a día de hoy. Recogimos el coche de alquiler en el aeropuerto de München y recorrimos en menos de 2 horas los 150 kilómetros que nos separaban de nuestro destino.
Hotel Gutshof Zillertal
Nos alojamos en el Hotel Gutshof Zillertal, un precioso edificio de madera, algo apartado del centro de Mayrhofen, pero rodeado de impresionantes valles. Todavía saboreamos las tortillas recién hechas del aperitivo que ofrecían a los huéspedes al regresar de las pistas. También las deliciosas cenas, amenizadas por el dúo tirolés Zillertaler Edelweiss Duo, cuya música, pese a no ser nuestra favorita, generaba un ambiente muy auténtico. La botella de vino con la que nos obsequiaron ayudó a que la compañía nos pareciera aún más agradable. Seguimos guardando con cariño el CD de música tradicional tirolesa que nos regalaron.
Otra característica del hotel es la espectacular vista que teníamos desde nuestra amplia habitación, desde donde podíamos ver varios valles, infinidad de montañas nevadas y pequeños pueblecitos de casas tradicionales.
El trato recibido por parte de todo el personal fue excelente, por lo que creemos que este alojamiento, a pesar de no ser el más económico que se puede encontrar en la zona, es 100% recomendable.
Mayrhofen
Estar alojados en Mayrhofen nos permitió un muy rápido y cómodo acceso a las pistas de la estación de esquí a través del moderno teleférico Penkenbahn. Las largas y anchas pistas y la calidad de la nieve fueron perfectas para un principiante como era yo en ese momento. Todo esto hizo que disfrutáramos de dos grandes días de esquí pese a la nevada que nos estaba cayendo encima.
Tanto Mayrhofen como otros pequeños pueblos tiroleses no muy lejos de éste merecen dedicar tiempo a pasearlos tranquilamente y disfrutar del entorno privilegiado en el que se encuentran. Pero hay alternativas para todos los gustos.
Museo Swarovski
Tras informarnos en la recepción del hotel, decidimos hacer una visita al moderno Museo de Cristal Swarovski. Nos pareció interesante pasar un par de horas allí. El museo contiene multitud de piezas de cristal de la firma austríaca, carteles luminosos, marionetas y salas repletas de espejos. Está situado en Wattens, a 55 kilómetros de Mayrhofen en dirección Innsbruck .
Innsbruck
Aunque se encuentra un poco más lejos, vale la pena acercarse a Innsbruck a conocer la ciudad, que tiene unos 130.000 habitantes, es la capital del Tirol, y parece un oasis en un mar de cimas alpinas.
Visitar los lugares más importantes de Innsbruck no requiere demasiado tiempo, ya que no se trata de una ciudad monumental. Eso sí, tiene un centro histórico por el que se puede dar un agradable paseo contemplando algunos de los edificios emblemáticos, incluso si la nieve se acumula en montones por la calle, algo normal en las fechas en las que la visitamos.
Entre los puntos más destacados de la ciudad están el Goldenes Dachl, un tejadillo dorado en Herzog-Friedrich-Straße, y la Hofkirche, iglesia gótica construida en honor a Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en el periodo de 1508 a 1519. Ambos lugares están situados a escasos metros uno del otro, cerca de la orilla del río Eno, afluente del Danubio.
También hay opciones en Innsbruck para los que buscan edificios arquitectónicamente singulares, ya que se puede visitar el Salto de Esquí de Bergisel, construido entre 2001 y 2002 por la famosa arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid. Esta construcción sustituyó al antiguo y obsoleto salto que coronaba la ciudad. El estadio, con capacidad para 26.000 personas, acoge una de las más prestigiosas competiciones anuales de saltos de esquí a nivel mundial.
Como curiosidad, cerca del Salto de Esquí hay un museo de campanas de la empresa local Grassmayr, con más de 400 años de tradición, en el que se exponen gran cantidad de modelos de campanas, y en el que pasamos un rato entretenido y divertido.
En su conjunto, fue un viaje que nos dejó cautivados por el encanto paisajístico de la zona, la tranquilidad que se respiraba y la posibilidad de practicar un deporte que nos gusta en un lugar excepcional.
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CONSEJO: Un detalle a tener en cuenta es que, quien quiera circular en coche por Austria, debe asegurarse que dispone de una Vignette en vigor, ya que las autopistas en este país son de pago, y hay que abonarlo previamente al uso. La Vignette es una pegatina que se debe situar de manera visible en el parabrisas del vehículo, y que se puede adquirir en la frontera. Se ofrecen varias alternativas válidas para diferentes periodos de tiempo en función de las necesidades de cada viajero.
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