Nuestro viaje a Malasia nos llevó a descubrir en 9 días un país que nos dejó enamorados para siempre. La mezcla de culturas y religiones se ve reflejado en el carácter y la gastronomía malaya, que además ofrece una naturaleza salvaje que te atrapa y grandes facilidades para el viajero, gracias a las buenas condiciones de sus transportes y a unos precios más que asumibles.
Para nosotros fue un destino perfecto para iniciarnos a viajar con mochila en el sudeste asiático, después de nuestra experiencia anterior en Japón, un país con una organización y cultura completamente distinta.
A continuación vamos a tratar de resumiros algunos consejos que esperamos que puedan ayudar para organizar un viaje de 9 días por el oeste de Malasia. ¿Te gustaría saber dónde alojarte, cómo encontrar planes gratuitos o de qué manera optimizar el transporte para sacar el máximo provecho a tu viaje? En ese caso, sigue leyendo.
RUTA
Debido a que nuestro viaje tenía como principal objetivo visitar a una amiga que se encontraba recorriendo el país y que nuestro tiempo era limitado, tuvimos que escoger un recorrido que optimizara al máximo el tiempo y cuadrara con el plan de viaje de la persona que íbamos a visitar.
Por diversos motivos tomamos la decisión de prescindir de lugares que nos apetecían mucho, como Taman Negara o Cameron Highlands. En el primer caso, la visita a una de las selvas más antiguas del planeta suponía dedicar gran parte del viaje a largos trayectos de transporte y una corta estancia allí; mientras que la decisión de descartar Cameron Highlands vino motivada por las fechas de nuestro viaje, que casualmente coincidían con un festivo local en que gran cantidad de turismo local se desplazaba precisamente a esta zona, por lo que iba a estar muy masificada. Nunca está de más dejar algo por ver para tener que volver.
La verdad es que estamos muy contentos con estas decisiones, ya que pudimos sacarle el máximo provecho al tiempo y, además, disfrutar de nuestro recorrido de una manera pausada y sin grandes aglomeraciones.
Día 1 Aterrizaje en Kuala Lumpur y visita a la ciudad
Día 2 Recorrido por Kuala Lumpur y traslado en tren a Ipoh
Día 3 Visita a Ipoh
Día 4 Traslado en bus a Penang y visita al Parque Nacional
Día 5 Visita a Georgetown
Día 6 Traslado en ferry a Langkawi y recorrido en coche por la isla
Día 7 Subida al Gunung Raya y relax en playas del norte de la isla
Día 8 Vuelo a Kuala Lumpur y visita a la ciudad
Día 9 Últimas horas en Kuala Lumpur y vuelo de regreso
DÓNDE ALOJARSE
Sin lugar a dudas una de las ventajas de Malasia es el precio de los alojamientos. Nosotros buscamos opciones económicas pero asegurándonos de disponer de habitaciones privadas con baño propio, aire acondicionado (por el tema de los mosquitos) y ubicaciones cómodas para visitar los diferentes lugares que íbamos visitando. Finalmente conseguimos tener un coste medio por persona de 10,25€ por noche, muy por debajo de los precios a los que estamos acostumbrados en otros viajes por Europa o Norte América.
En Kuala Lumpur pasamos una noche en Jalan Alor, un barrio muy animado, y otra en el centro, cerca de Dataran Merdeka, de manera que nos dividimos la visita a la ciudad en dos zonas.
En Ipoh escogimos un hostel cerca del río, llamado Abby by the River. La ubicación fue perfecta, a mitad camino de los edificios más coloniales, la zona de murales y street art y el barrio de restaurantes chinos, donde pudimos conocer la cultura gastronómica de esta ciudad. Y además teníamos el desayuno incluido, así que cada mañana disfrutamos de las vistas desde la terraza del hotel cargando energías.
En Penang nos alojamos un poco más alejados del centro, ya que los precios en esta isla eran algo más elevados. Aún así, en Dou Houz Ghest House estábamos a solo 20 minutos andando de los principales atractivos de Georgetown, en un hostel muy cuidado y limpio.
Por último, en Langkawi escogimos la zona de Pantai Cenang para alojarnos, por la mayor oferta de restaurantes y su mejor comunicación con el resto de la isla. Nos alojamos en una cabaña del Soluna Guesthouse, rodeados de otras casas típicas y de bueyes que pastaban a pocos metros de nosotros. Fue una excelente decisión que nos permitió estar en completa desconexión.
DÓNDE COMER
Si algo nos sorprendió de Malasia fue su fabulosa gastronomía. Una mezcla de todas las culturas que han ido habitando el país a lo largo de su historia, y de las que han ido extrayendo lo mejor para obtener un resultado exquisito. Probamos comidas típicas y exóticas de distintos lugares. Algunas nos recordaban mucho a la comida del sur de China, otras a la india o a la árabe, e incluso probamos platos que perfectamente podemos encontrar en cualquier restaurante occidental. Probamos, desde los restaurantes con aspecto más vanguardista, hasta los lugares más tradicionales o los puestos callejeros donde se reúnen los locales en su día a día, pero en todos ellos encontramos un denominador común: estaba todo riquísimo.
Posiblemente fue en Kuala Lumpur donde más nos costó encontrar los locales con el aroma que buscábamos, debido a la occidentalización de algunas zonas de la ciudad. Sin embargo, en espacios como Lot10 o Central Market encontramos puestos de comida variada y sabrosa de diferentes tipos. Lot10 es posiblemente algo menos económico para el nivel habitual de Malasia, pero la comida estaba excelentemente cocinada y el ambiente, como si de un callejón de puestos callejeros se tratara, era muy auténtico. En Central Market probamos los platos que cualquier trabajador malayo pediría en su pausa para comer. Comida menos elaborada pero igualmente sorprendente para los precios que pagamos.
En nuestra siguiente parada en Ipoh, le echamos el ojo a un restaurante llamado Lim Ko Pi, donde queríamos probar el plato tradicional local llamado Nasi Lemak, cocinado a base de arroz, frutos secos, leche de coco, pollo, verduras y huevo. Una combinación deliciosa. Otra de las opciones es acercarse a Jalan Raja Ekram y sentarse en cualquiera de las mesas de plástico que disponen los humildes restaurantes chinos de la zona. Toda una experiencia. También es buena idea probar el famoso white coffee local, hecho con granos de café tostados con aceite de palma y servido en un vaso alto con hielo y leche condensada, o terminar el día tomando una copa en el escondido Tiga Bar, uno de los pocos locales de esta índole que encontramos a lo largo del viaje.
En Georgetown, tres lugares de muy diferente índole se nos quedaron grabados. El primero es My Own Cafe, un pequeño restaurante regentado por un joven muy amable. Lo encontramos de casualidad y resultó ser un gran acierto, gracias al picante Laksa que nos sirvió, único plato de la carta. Tremendo. En el restaurante Kapitan, cerca de la preciosa mezquita del mismo nombre, comimos platos que nos evocaron a sabores y aromas indios. Por último, Antarabangsa es una cervecería de aspecto algo decadente, pero que acabó siendo el lugar ideal para juntarse con trabajadores locales y beber una cerveza de importación a precios asequibles (el alcohol es un bien de lujo en Malasia).
Para terminar, en Langkawi tuvimos que reinventarnos un poco, ya que la isla está muy enfocada al turismo. Pese a ello, logramos disfrutar de platos locales cocinados delante de nosotros en el Temonyong Night Market. Pero, sin lugar a dudas, nuestro local de referencia en la isla es The Kasbah. Su carta está algo más occidentalizada, pero los platos son igualmente exquisitos. Sin embargo, lo que nos cautivó, fue el excelente trato que recibimos de los trabajadores del restaurante y el genial ambiente que se respiraba allí. Fuimos un par de veces para corroborarlo.
CÓMO MOVERSE
Desde luego, la organización del transporte fue fundamental para sacar el máximo partido a nuestro tiempo. Para ello utilizamos casi todos los medios de transporte que tuvimos a nuestro alcance.
El primer traslado, del aeropuerto al centro de Kuala Lumpur, lo realizamos en el tren KLIA Ekspres, una forma rápida y económica de iniciar el viaje. Pero antes de acudir al andén hicimos un par de paradas, primero para adquirir dos tarjetas SIM de la empresa DiGi que nos permitieron estar conectados en todo momento, y posteriormente cambiamos algo de dinero para los primeros gastos.
En cuanto a los traslados dentro de la capital de Malasia, excepto en una ocasión en que tomamos el monorrail, utilizamos mayoritariamente Grab, un servicio de VTC que, con vehículos mucho más cuidados y nuevos que los tradicionales tacsi, ofrecían un servicio excelente y a precios muy competitivos. Todo ello lo gestionábamos cómodamente con una aplicación en el móvil.
Una de las opciones para ahorrar algo en los desplazamientos es compartir los Grab con otros viajeros. Nosotros hicimos uso de esta opción en el viaje de regreso del Parque Nacional de Penang a Georgetown, y realmente resultó muy económico.
En Langkawi el servicio de tacsi y Grab es mucho menos recomendable, ya que permite mucha menos flexibilidad, así que decidimos alquilar un coche en el alojamiento. Gracias a ello pudimos conocer el norte de la isla cómodamente sin perdernos ningún detalle. Eso sí, se tiene que tener en cuenta que la conducción es por la izquierda.
Respecto a los traslados entre ciudades, para llegar a Ipoh tomamos un tren en KL Sentral que en menos de 3 horas nos dejó en el centro de la ciudad. Entre Ipoh y Penang nos desplazamos en bus, en un tranquilo trayecto de 2 horas. De Penang a Langkawi la mejor alternativa es tomar el ferry que en 3 horas cruza las aguas del Estrecho de Malaca y te deja al sudeste de la isla (un trayecto ideal para leer o para dormir con el balanceo del barco). Para el regreso de Langkawi a Kuala Lumpur, elegimos la rapidez y tomamos un vuelo con Malindo Air.
Todos los tickets los adquirimos online a precios muy competitivos, así que conseguimos optimizar tanto el tiempo como el dinero.
PLANES GRATUITOS EN MALASIA
Ya hemos escrito en otros posts los planes que consideramos más interesantes para los destinos que visitamos en Malasia, que además no es un destino caro, pero a continuación nos gustaría resumir aquellas opciones aptas para cualquier bolsillo, ya que hay gran cantidad de cosas que hacer en Malasia sin necesidad de gastar dinero:
Kuala Lumpur: Pese a ser la capital del país, no notamos una gran diferencia en cuanto a precios con el resto de lugares que visitamos. Pudimos pasear por los alrededores de las Torres Petronas y recorrer el contiguo KLCC Park, donde a determinadas horas hay un espectáculo de agua y sonido. Visitamos las Batu Caves, el enorme jardín botánico Perdana o la Mezquita Nacional (Masjid Negara), todos ellos con entrada libre. En el Muzium Negara o Museo Nacional si que tuvimos que pagar entrada, pero a cambio tuvimos un guía personal que nos explicó la historia del país de manera desinteresada. Otra opción fue recorrer el Central Market y Chinatown, entrando en los diferentes templos que íbamos encontrando en el camino.
Ipoh: la mejor forma de descubrir esta ciudad es perderse por sus callejones tratando de encontrar los famosos murales de street art que adornan sus fachadas. También fue una gran opción visitar el Perak Tong Temple, cavado en una montaña, y perdernos por sus senderos hasta llegar a las bonitas pagodas al final del camino. Y todo sin tener que pagar entrada.
Penang: es una isla más turística, y eso se deja notar especialmente en Georgetown. Sin embargo, pudimos encontrar algunos planes gratuitos, como recorrer el Heritage Trail, el camino que recorre los principales puntos que hacen de Georgetown Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A lo largo del camino encontramos numerosas representaciones de street art, principalmente del artista Ernst Zacharevich. También fue precioso hacer una visita guiada gratuita a la Mezquita Kapitan, donde nos explicaron algunos de los secretos de los musulmanes malayos y de sus ritos religiosos.
Langkawi: en esta isla tratamos de huir lo máximo posible de las masificaciones y los lugares más concurridos. Encontramos la tranquilidad haciendo una ruta de senderismo que nos llevó a subir los 4.500 escalones hasta la cima del Gunung Raya y disfrutar de las hermosas vistas desde lo alto. Una vez abajo hicimos un recorrido por las mejores playas, como Pasir Tengkorak o Tanjung Rhu, disfrutando de las calmadas aguas y de unas puestas de sol alucinantes.
SEGURO Y SALUD
Previamente al viaje hicimos una visita al Centro de Atención al Viajero de nuestra ciudad, donde nos pusieron las vacunas recomendadas teniendo en cuenta la zona a la que íbamos a viajar. Por otro lado, nos dieron algunos consejos que ya teníamos previstos, como llevar repelente de mosquitos e incluso mosquiteras para dormir.
Esto último finalmente lo desestimamos, y la realidad es que en ningún momento del viaje las echamos de menos. Los hostales donde nos alojamos estaban bastante bien acondicionados y, exceptuando alguna picada casi inevitable, el tema de los mosquitos fue un problema menor.
Lo que si que teníamos claro es que era totalmente necesario contratar un seguro de viaje para evitar sorpresas en caso de que fuera necesaria cualquier tipo de atención médica. Por suerte no fue necesario gastarlo, pero viajamos mucho más tranquilos habiendo contratado el seguro con Mondo. Podéis obtener un descuento del 5% pinchando en la imagen siguiente:
MÁS INFO
Puedes encontrar información más detallada sobre cada uno de los destinos que visitamos en el oeste de Malasia en los siguientes links: